El reflejo más hermoso de mi aliento
Yo soy. Estas palabras se conjugan fácilmente, se viven con
dificultad. Por qué? Porque curiosamente el espacio y el tiempo, son relativos. Lo que significa que nuestra realidad está sujeta a cómo la percibimos; y eso, implica también nuestra identidad. Entonces, qué realmente somos? Somos? O mejor, estamos? Y si no nos podemos
entender muy bien en aquello que somos o estamos, entonces….., nos devolvemos a lo obvio. Volvemos a
la cajita. Volvemos a la respuesta obvia: "yo hago casas, yo diagnostico". Pero no sería mejor describirnos
desde nuestro propósito? Yo soy, para….Yo soy, por…..Y no solamente soy
médico, ingeniero, arquitecto. Eso es lo conocido, lo que sabemos hacer. Maravilloso…. Y si
pensamos otra cosa?
Y si convertimos lo que conocemos en otra cosa? Y si usamos
nuestros talentos para algo más que nosotros mismos? No habrá otra cosa que
podamos hacer? No habrá algo que podamos decir, que nadie haya dicho?
Ya todo se dijo? Ya se habló todo? Pienso más bien que todo se repite, y se repite. La música, la moda,
la belleza, todo, de una u otra forma, se repite. Entonces, por antonomasia, no todo se ha dicho. Qué refrescante sería que hubiera
más transformadores de realidades; de esos que no cambian lo externo, sino lo interno (que es desde donde surgen los verdaderos cambios).
Deberían haber más idealistas pensando en cómo cambiar la
economía, el estado, la iglesia; desde los seres humanos que accionan las estructuras. Quiénes son los que van a la iglesia, cómo se transforman.
Quién es el que trabaja en mi empresa, y cómo se perfecciona. Si logramos que la gente piense en como transformarlo todo. Habrá más gente trabajando por un cambio social, económico y político; y menos gente queriendo gobernar estructuras ineficientes e ineficaces. Habrá más gente, trabajando, para
que la empresa, la industria, la iglesia, sean estructuras eficientes; y no la forma que la gente use, para su beneficio propio.
Pero volvamos a lo propio: nosotros. Nosotros que decimos que somos buenos, en realidad no lo somos, no cambiamos, y no transformamos. Entonces….somos? O
tenemos nombre de que vivimos y estamos muertos?
Por eso hoy mi invitación no es a venir conmigo a hablar a diario.
Mi invitación es a transformar el futuro, si no el de todos, el de algunos. De
algunos que piensen más en cómo creamos una nueva forma de hacer las cosas. Una
que nos cueste la vida (porque ya suficiente tiempo hemos invertido viviendo a medias). Te invito a
pensar cómo si el mañana no existiera y sólo tuvieras este hoy para ser.
Qué serías? Serías un profesor que hace que sus estudiantes tomen una posición, clara, y la defiendan? Serás un transformador de
realidades? Trabajarás por ver lo imposible? Hablarás diferente? Confiarás para
siempre?
Entonces, qué rico. Decidiste venir a encontrarme, qué bueno,
te andaba buscando. No sólo para verte, sino para ser un equipo contigo.
Qué chévere pensar en cómo lograr lo que no se ha logrado. Pasemos
de la verdad a los hechos. Del creer, a los milagros. Del confiar, a alcanzar
los sueños.
Ojalá esta idea te guste, y decidas caminar diciendo que crees que para ti no hay nada imposible. Mírame, sígueme; y Yo, yo te sigo. Y un día no se sabrá quién eres tú, porque sólo Yo me dibujaré. Y yo, yo lo soy todo. Absolutamente todo.
Que no te definan, que tu los definas. Que no te describan, que tu los describas. No le des a nadie ese poder, sólo a mi me pertenece. Sólo yo puedo definir quién eres, y para mí, tu lo eres todo. Eres el reflejo más hermoso que puede hacer mi aliento.
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